sábado, 6 de enero de 2007

El Coleccionista de Piedras



Había una vez un coleccionista de piedras. Llevaba años coleccionándolas, por lo que había reunido un pasmoso conjunto de conocimientos sobre las piedras. Cuando se debía construir el empedrado de algún camino, o reparar una torre, se le consultaba por cual era la piedra adecuada para ello. Los ricos de la ciudad acostumbraban a invitarlo a sus palacios, con el fin de que alabara la calidad de los mármoles y piedras con las que decoraban sus salones y habitaciones. Cuando se quería ridiculizar a algún nuevo rico recién llegado, invitaban al coleccionista para que pusiera en evidencia la poca clase, el poco gusto que el dueño de casa había tenido al combinar inadecuadamente las piedras en la ornamentación.


Cierto día, el coleccionista de piedras caminaba por una de las avenidas centrales del pueblo, cuando observó a un hombre, pobremente vestido, que arrancaba algunas de las piedras que componían la calzada. Indignado, lo golpeó con su bastón y le dijo: - "¡Deténte! ¿Por qué haces esto? Estas finas piedras han sido especialmente trabajadas y escogidas, según mis instrucciones, para formar parte de éste camino. ¿Con qué derecho las quitas?"


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2 comentarios:

Mauricio Díaz dijo...

Me gustó tu cuento, pero me da la impresión que está inconcluso.

Marco Rauch dijo...

Originalmente se publicaron completos en este blog, pero ahora se encuentran disponibles para su compra y descarga en PDF, mediante lulu.com.

Gracias por comentar.

Nos leemos.